Mantener una espectativa positiva

En toda función, trabajo o disciplina se puede llegar a un umbral, a una meseta en la que aparentemente no hay más. Por eso la motivación debe ser dinámica, debe renovarse. En otras palabras, siempre debe haber una expectativa de recompensa para uno mismo y para os demás.
La expectativa se define como ‘la esperanza de lograr una cosa, en adelante, si se presenta la oportunidad u ocasión que se desea’. En una célebre obra, los autores Napoleón Hill y Clement Stone explican así el vínculo entre esperanza y expectativa: «La esperanza es un deseo con la expectativa de obtener lo que se desea y la creencia de que ello puede obtenerse. Una persona reacciona conscientemente a lo que para ella es deseable, creíble y alcanzable. Y también reacciona subconscientemente al impulso interior que le induce a actuar, cuando la sugestión ambiental o la autosugestión desencadenan los poderes de su subconsciente”.

POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA EXPECTATIVA
Nadie haría un esfuerzo, y ni siquiera actuaría, si no existiera en la mente una finalidad, la cual es ya una forma de expectativa. El logro de un objetivo puede ser considerado algo absolutamente seguro, o bien casi una quimera, pero en ambos casos esa finalidad es la causa de la acción. Puede decirse que no hay acción que no esté encaminada a la expectativa – cierta o irreal- de alcanzar un objetivo.

LA EXPECTATIVA INFLUYE SOBRE LA CONDUCTA PROPIA Y LA DE LOS DEMÁS
La expectativa es una manera más indirecta de lograr esquemas de conducta deseados, que funciona mediante la creación de profecías que se autorrealizan. Si asignamos a los niños el atributo de ser excepcionalmente pulcros o gentiles, se sienten inclinados a actuar de tal modo para hacerse merecedores de estos elogios. Del mismo modo, si elogiamos a nuestros futuros vecinos por su gentileza, se sienten obligados a responder a esta reputación y nos llevan a casa las bolsas del supermercado o cortan el césped de nuestros jardines cuando nos vamos de vacaciones. Este principio fue ilustrado por el célebre escritor alemán Wolfgang Goethe: ‘Trate a las personas como son, y ellas permanecerán así. Trátelas como si fuesen lo que pueden ser, y las ayudará a transformarse en lo que son capaces de ser’.

LA EXPECTATIVA NO ES ESPERAR EL FUTURO, SINO ACTUAR EN EL PRESENTE
El gran pintor Vincent Van Gogh, quien se debatió en la pobreza y el sufrimiento diario, muriendo a temprana edad, le decía en una carta a su hermano Theo: «No me haría sentirme tan melancólico, hermano, si no hubieses agregado algo que me preocupa. Dices que aguardemos tiempos mejores. Tú sabes, es una de esas cosas de las cuales debemos cuidarnos. Esperar épocas mejores no debe ser un sentimiento sino una acción en el presente. Por la misma razón de que siento intensamente la esperanza de tiempos mejores, me arrojé con toda mi fuerza en el trabajo del presente sin pensar en el futuro».

EL PODER DE LA EXPECTATIVA EN EL RENDIMIENTO PERSONAL
Estamos siempre en condiciones de conseguir lo que esperamos, y ‘quien nada espera, nada alcanza’. El Dr. Norbert Wiener ha dicho: «Una vez que el hombre de ciencia ataca un problema del que él sabe que tiene una solución, entonces experimenta un cambio rotundo en su actitud hacia el mismo. Ya ha logrado pasar la mitad del camino que ha de conducirle a la solución de la pregunta propuesta».

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